sábado, 12 de febrero de 2011

Resumen Madrugada en Gurabo 12 de febrero del 2011.

En esta madrugada se dieron cita alrededor de dieciocho Madrugadores, entre ellos tres nuevos madrugadores, que dijeron si al llamado de Nuestra Señora Madre La Virgen María. Comenzamos la ceremonia con un cantico, seguido por la invocación al Espíritu Santo, el rezo de las laudes y la liturgia de la palabra.

Madrugador mas joven de Gurabo
con un record de asistencia perfecto.
La primera lectura tomada del libro de Génesis (3 9-24), donde se nos presenta el tema de la caída del hombre, el origen del pecado y la muerte. En este pasaje vemos ante la generosidad de Dios que nos ama y nos provee todo, el abuso a la confianza y el mal uso de nuestra libertad que nos lleva al pecado y a la separación con él y a la muerte. Vemos el origen del pecado original que aunque inducido por el maligno y su perversa mentira, el hombre accedió libremente olvidándose de la generosidad de Dios, de sus advertencias, buscando su propia satisfacción y no aceptando la responsabilidad por sus actos. Y más importante aún, la misericordia de Dios que teniendo toda razón por nuestra insensata actitud, se compadece y no nos abandona a la muerte como posiblemente merecía esta actitud. Todas las obras de Dios son buenas y todas para nuestro beneficio, Dios no creo la muerte sino el hombre quien la trajo ante sí, dejó morir en su corazón la confianza hacia su Creador y, abusando de su libertad, desobedeció el mandamiento de Dios. En esto consistió el primer pecado del hombre. En adelante, todo pecado será desobediencia a Dios y una falta de confianza en su bondad.

En el salmo 89 recitamos “Tu eres Señor, nuestro refugio”, recordándonos la fragilidad del hombre, ensenándonos que somos frágiles ante las tentaciones de maligno quien busca nuestra perdición; que no hay arrepentimiento después de la muerte física y que si queremos gozar de su presencia después de la muerte física debemos tomar en serio nuestra vida, buscar nuestro propósito con él, ser legítimos en nuestras obras, sinceros en nuestros corazones y abandonados con el prójimo, para revertir la muerte física con la vida eterna en su presencia como debió ser desde el principio.

En el evangelio tomado de San Marcos (8,1-10), vemos como Dios se preocupa constantemente por nosotros sus hijos, sin límites y nos enseña que no hay milagro más grande que el proviene del corazón y de su amor. Como por segunda vez, con siete panes comieron alrededor de cuatro mil personas hasta saciar a capacidad y luego recoger entre los sobrantes siete canastas. El milagro en si no está en la multiplicación de los panes sino en que cuando se comparte con el corazón, en el abandono, Dios multiplica nuestras riquezas, nuestras bendiciones, nuestro sustento porque estamos hecho a imagen y semejanza suya con toda capacidad de amar y de ser amado.

Luego de algunos anuncios de actividades para las próximas semanas; concluimos con un canto y la consagración a La Mater. Inspirados con una nueva actitud ante la vida pasamos a compartir el desayuno en comunidad como en el evangelio.

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