sábado, 19 de febrero de 2011

Resumen Madrugada en Cayey 19 de febrero del 2011.

Jose Ramon Ortiz de Gurabo,
Juan Torres y Luis Hernandez de Cayey
Hoy ha sido un día interesante, luego de un buen tiempo de arduo trabajo llevando el mensaje a capillas, centros juveniles y otras parroquias alrededor de Cayey pueblo, tarea que comenzó a principios de octubre del 2010, los madrugadores de Cayey estamos de vuelta a nuestra parroquia hoy 19 de febrero del 2011.

 Durante este tiempo trabajamos en promocionar nuestra corriente de vida en tres comunidades adyacentes Toíta, Matón Abajo, Guavate y centros juveniles como los Hogares Crea, de este esfuerzo es que surge el nuevo grupo de Guavate.  No hay nada como regresar a casa, en nuestra madrugada de hoy asistimos tres madrugadores de Cayey y uno de Gurabo.  Suficiente para inicial nuestra agenda porque como dice (Mateo 18:20), “Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo con ellos.”

Por alguna razón el sacristán se le olvido abrir el cuarto de reuniones y nos vimos en la situación de improvisar, en medio de la plaza pública de Cayey, cinco hombres valientes, (Juan, Luis, Monchito, Papito Dios y este servidor) nos reunimos para alabar a Dios con las oraciones laudes de hoy.  Comenzamos con la invocación del espíritu santo, haciendo petición por los enfermos, intenciones especiales por la salud de Victor Rodriguez y su padre, por la salud del suegro de Angel Gutiérrez, y cada madrugador expuso sus peticiones especiales; continuamos con un cantico a nuestra Mater, La Virgen María, y compartimos el oficio de las horas y la liturgia de palabra.  Además compartimos de la Santa Misa ya para final de la misa el sacristán nos abrió el salón de reunión donde compartirnos del tan buen merecido desayuno. Durante nuestro desayuno nos acompaño el párroco de la Parroquia Asunción Padre Elias.

Pedro Torres, Juan Torres
y Luis Hernandez de Cayey
Luego del desayuno reflexionamos de las lecturas para el día de hoy; en la primera lectura tomada de la carta a los hebreos (11, 1-7) que nos invita a tener fe, a creer en lo que no vemos, pues quien se acerca a Dios  debe creer que él existe y que él recompensa a quienes lo buscan y nos pone de ejemplo la fe de Abel, de Henoc, y de Noé y la  recompensa que cada uno obtuvo; Abel por ofrecer con fe un sacrificio fue declarado justo y por su fe, nos sigue hablando después de muerto, en el caso de Henoc por su fe, fue trasladado al cielo sin pasar por la muerte porque era agradable a Dios y en el caso de Noé por su fe acepto el aviso de Dios que se constituyo en condena para el mundo incrédulo y quedo establecido como heredero de la justicia que proviene de la fe.

En el salmo 144 respondimos “No cesará, Señor, mi boca de alabarte”, recordándonos lo agradecidos que debemos ser ante Dios, nuestro Dios, por su justa providencia, por su amor a nuestro género humano y favores que nos otorga porque él si tiene fe en nosotros.

En el evangelio tomada de San Marco (9, 2-13) nos presenta el cuarto misterio luminoso, la transfiguración de Jesús en el Monte Tabor.  La transfiguración es un ejemplo de la paz y la alegría que experimentamos cuando vivimos de frente a la verdad en nuestra vida.  Jesús, después orar, habla a los apóstoles sobre la cruz sin angustias y con tranquilidad. También nosotros estamos llamados a transmitir con serenidad del alma toda la verdad sobre nuestras vidas, sin temores ni angustias, sino sólo la confianza en Dios nuestro Padre, sabiendo que siempre estará dispuesto a guiarnos y confortarnos en nuestras luchas diarias.  Y nos invita durante todos los días de nuestra vida a estar atento para cumplir correctamente nuestros deberes y sentirnos de esta forma también hijo de Dios porque a Él le complace que nosotros cumplamos su voluntad.

Un saludo fraternal a todos los madrugadores,

Pedro Torres
Madrugador de María
Cayey, Puerto Rico

No hay comentarios:

Publicar un comentario