domingo, 4 de diciembre de 2011

Resumen Madrugada del 3 de diciembre del 2011 San Agustin

(Santo Domingo, RD) Foto del desayuno después del segundo encuentro de hoy. Asistieron 31 madrugadores y se excusaron otros. Fue un éxito total, igual a la que tuvimos ayer en el primer encuentro en La Victoria donde asistieron 34 hombres, en su mayoría jóvenes universitarios y escolares. El Buen Dios y la Santísima Virgen están con nosotros y por eso estamos alegres.

Esta mañana a las 5:00AM tuve el honor de dirigir por la radio en vivo el Santo Rosario. De ahí salí para asistir a la madrugada que comenzamos a las 6:00. Hemos tenido noches bien cortas pero días largos con experiencias espirituales muy gratificantes.

Mi esposa Illy está feliz al ver las maravillas que realiza el Señor a través de nosotros, humilde instrumentos. Luego les envió las fotos de los dos grupos que tome con mi cámara digital.
Dios les bendiga.

Monchito

Resumen Madrugada del 3 de diciembre del 2011

(Guavate) Señor Jesús, porque nuestra fe es débil, ante los problemas cotidianos de la vida frecuentemente nos sentimos como oveja sin pastor. Ilumina este rato de oración para que sepamos serte fiel a las innumerables gracias que Tú nos ofreces generosamente.   En este sábado 3 de diciembre del 2011, primer aniversario de los Madrugadores de María de Guavate convocados por nuestra Madre La Virgen María, catorce han escuchado tu llamado para adorar y alabarte como nuestro Dios, haz Jesús, que Tú seas todo para nosotros y que vivamos con la inquietud y el ansia de proclamar tu Buena Nueva a todas las personas.

El papa Benedicto XVI en su mensaje del  7 de febrero del 2011 diez meses antes nos dijo que “La mies es abundante” - también hoy, precisamente hoy. Aunque pueda parecer que grandes partes del mundo moderno, de los hombres de hoy, vuelven las espaldas a Dios y consideren la fe una cosa del pasado – existe aún el anhelo de que finalmente se restablezcan la justicia, el amor, la paz, que la pobreza y el sufrimiento sean superados, que los hombres encuentren la alegría. Todo este anhelo está presente en el mundo de hoy, el anhelo hacia lo que es grande, hacia lo que es bueno. Es la nostalgia del Redentor, de Dios mismo, incluso allí donde es negado. Precisamente en este momento el trabajo en el campo de Dios es particularmente urgente y precisamente en este momento sentimos de manera particularmente dolorosa la verdad de la palabra de Jesús: “los trabajadores son pocos”.  Al mismo tiempo el Salvador nos da a entender que no podemos ser simplemente nosotros solos quienes mandemos obreros a la mies; que no es una cuestión de dirigir, de nuestra capacidad organizativa. Los obreros para el campo de su mies los puede mandar Dios mismo. Pero Él los quiere mandar a través de la puerta de nuestra oración. Nosotros podemos cooperar para la llegada de los obreros, pero podemos hacerlo solo cooperando con Dios. Así esta hora del agradecimiento por la realización de un envío en misión es, de modo particular, también la hora de la oración: Señor, ¡manda obreros a tu mies! ¡Abre los corazones a tu llamada! ¡No permitas que nuestra súplica sea en vano! 

Como en el evangelio para este sábado  3 de diciembre del 2011, Mateo  9, 35 – 10. 1 6-8 fuimos llamados  catorce de nosotros como cada uno de los doce fue buscado, encontrado e invitado por Jesús. Como lo fue entonces una llamada original y muy personal que ahora se repite en nosotros todos “colectivamente”. Desde el inicio, cada uno de los apóstoles se sintió parte de un grupo muy especial de seguidores del Maestro. Serán sus íntimos, formarán la Iglesia, la única iglesia, pues habían sido convocados por el único Maestro. Con su trabajo de evangelización y con su vida entera, ellos extenderán y prolongarán la vida y misión de Jesús en el mundo y en la historia.

La Iglesia Católica ha cumplido dos milenios de darse al mundo, y de darse gratis. Pese a esta conciencia, el Papa Juan Pablo II pidió perdón por los errores históricos cometidos por la Iglesia. Y a pesar de todo ello ¿qué hubiera sido del mundo, de tantos hombres anónimos, de tantos otros influyentes y poderosos, si no hubieran recibido la semilla cristiana, si no hubieran conocido la ley del Amor, del perdón, de la solidaridad que Jesús nos enseñó? Es verdad, todavía se cometen muchas y graves injusticias en nuestras sociedades; pero, ¿quién puede negar que gracias al sacrificio y a la inmolación de tantos hombres y mujeres de todos los tiempos, hoy somos mejores, más humanos por ser cristianos? Y hoy, por poner un ejemplo, la institución que ofrece asistencia en los cinco continentes a los enfermos del sida, a los leprosos o a los ancianos es nuestra Iglesia Católica. ¿Cuál es nuestra valoración ante tanto bien realizado? Es una labor ingente, pero aún más apremiantes son las necesidades.

Que su consideración nos impulse, nos llene de optimismo, gratitud a Dios y renovado interés apostólico y misionero. Somos los continuadores, aquellos que con nuestras vidas prolongaremos la obra de Jesucristo en el mundo hasta el fin de los tiempos. En la medida en que abramos nuestro corazón y acojamos la llamada de Dios, sólo entonces podremos responder con autenticidad.

Padre y Señor nuestro, cuántas personas hay que no te conocen y por ello su vida carece de sentido. No podemos  ni debemos cerrar nuestros corazones  ante esta abrumadora realidad. Ayúdanos  a que sepamos abrir y llenar nuestras vidas del celo por la causa de Cristo, que sepamos aprovechar las oportunidades para que el mensaje de Cristo llegue a todas estas personas que gimen en la orfandad. No dejes que nos olvidemos que somos un enviado tuyo. Ayúdanos a que nuestro testimonio de vida sea el medio para que otras personas te amen y te sigan.

En una petición especial por tratarse de nuestro  primer aniversario en compartir más íntimamente contigo, acoge nuestras  oraciones, permite que nuestros corazones se abunden de tu amor, que podamos servir al prójimo como tú nos amas y sigamos prosperando en la oración y en la fidelidad a ti y a tu voluntad.  A ti la Gloria por siempre.  Que sea nuestro propósito en este mes pedir diariamente por las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada.

Un abrazo fraternal,

Pedro E. Torres Cartagena
Madrugador de María
Cayey, Puerto Rico