domingo, 21 de agosto de 2011

Resumen Madrugada en Santa Teresita 20 de agosto del 2011


La recién fundada comunidad de los Madrugadores de la Parroquia Santa Teresita de Ponce tuvimos hoy nuestro segundo encuentro.

Congregados por nuestra Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt nos reunimos 12 varones para alabar, bendecir y adorar al Dios Uno y Trino en un ambiente de cenáculo. Esta vez recibimos la bendición de contar con la presencia de nuestro querido Padre Mario Maestrangelo.

Comenzamos con el rezo de los laudes seguido por las lecturas de la Palabra del día de hoy.  Tuvimos unos minutos de silencio y reflexión seguidos de una corta pero profunda charla a cargo del Padre Mario, quien en forma sencilla pero profunda presentó lo que para él debe ser la misión de los madrugadores.  Dos palabras fueron el centro de su mensaje: célula y contemplación.  Todo varón madrugador tiene que ser esa célula que da vida a la iglesia, a la familia y a la sociedad.

Así como nuestro cuerpo depende de células saludables para un cuerpo sano, así también tenemos que ser los madrugadores, discípulos y misioneros al servicio de una iglesia renovada y con un espíritu vivo.

Pero para lograrlo tenemos que vivir en contemplación, es decir en la presencia de Dios 24/7; esto es todo el tiempo. Vivir en la presencia de Dios significa hacer su voluntad y vivir la santidad de la vida diaria como nos lo enseñó el Padre José Kentenich, fundador y padre de nuestro movimiento de Schoenstatt.

Nuestra espiritualidad es marcadamente mariana pues la Santísima Virgen mejor que nadie conoce lo que quiere su Hijo de nosotros.  Ella nos educa para ser hombres contemplativos, sea cual sea nuestra ocupación. Allí donde estemos tenemos que ser células vivas de la iglesia para santificar el mundo.  Nos corresponde dejarnos educar y guiar por la Mater para esa gran tarea que el Señor nos ha
encomendado: ser hombres nuevos en una nueva comunidad.

Terminamos nuestra madrugada rezando el tercer misterio de gloria pidiendo a la Mater que nos dejara experimentar un ambiente de Cenáculo.  Hicimos nuestra consagración a ella y con la bendición del Padre Mario terminamos nuestra hora de oración para luego compartir fraternalmente un rico desayuno preparado por Migdalia, la esposa de nuestro hermano y coordinador William Rosaly y por mi esposa Illy.

Agradecemos a la Mater que nos haya regalado este nuevo grupo que estoy seguro será trascendental en el crecimiento de nuestra corriente de vida en Puerto Rico.

Monchito

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