El pasado sábado, 9 de febrero peregrinamos hasta la
Parroquia San José de Toa Alta para celebrar el primer aniversario de fundación
de esta pequeña comunidad de madrugadores. Los acompañamos representantes de
las comunidades de Gurabo, Manatí y Dorado.
El P. Jorge Saenz, junto a los madrugadores de este grupo nos recibieron
con mucha alegría y gran calor humano.
El frío de la mañana no fue impedimento para que 17 madrugadores
respondiéramos a la llamada de María para llegar a este hermoso templo para
adorar a su hijo Jesús.
Comenzamos la Santa Misa con el canto de entrada
dirigido al Espíritu Santo para invocar su presencia entre nosotros. Vivimos una verdadera experiencia de
Cenáculo. La homilia del P. Jorge fue
muy sencilla pero a la vez llena de mucha sabiduría.
Su mensaje giró en torno a
la importancia de la fidelidad a la misión que Dios nos ha encomendado. El
grupo de Toa Alta es pequeño, apenas unos cuantos, pero se han mantenido fieles
reuniéndose todos los meses. No es la cantidad lo que importa, sino la calidad
de la respuesta a la llamada.
El P. Jorge aprovechó el mensaje del evangelio
del día sobre la importancia que da Jesús al descanso. El ser humano necesita
descansar; el mismo Dios descansó el ultimo día luego de la creación del
universo. Por lo tanto, también nosotros tenemos que hacer lo mismo.
La
cuaresma que comienza esta semana es un tiempo propicio para lograr ese
encuentro con Jesús en el descanso y el silencio. Jesús nos invita, como lo hizo con sus
discípulos a que subamos con él a la barca y lo escuchemos.; que tengamos calma
para poder mantenernos unidos a El. La efectividad de nuestro apostolado va a
depender del tiempo que dediquemos a descansar para poder escucharlo.
Los
ruidos del mundo nos pueden hacer perder la comunicación con el Señor si no
dedicamos tiempo a descansar y tener calma.
Nos dice el P. Jorge que nos corresponde a nosotros sembar la semilla y
no desanimarnos al no verla crecer. Es
el Señor que determina como y cuando será fecunda. A nosotros nos corresponde
esperar con calma y dejarle a El su fecundidad.
Terminamos la celebración con
la lectura de un bello mensaje de felicitación que nos envió desde Chile
Octavio Galarce, nuestro primer madrugador. Lo recibimos con mucho
agradecimiento. De la misa pasamos a la mesa para compartir un suculento
desayuno que nos sirvió de marco para una linda confraternización.
Partimos
todos con mucha esperanza al saber que cada encuentro nos anima a seguir
adelante llevando alegremente el mensaje del madrugador: servir con alegría al
Señor en el diario vivir. Trabajar mano a mano con nuestros pastores en la
edificación del Reino de Dios. Junto a
Maria, nuestra madre y reina, vamos por el mundo imitando a Jesús en su entrega
de amor al prójimo.
Pidamos por la perseverancia de estos hemanos madrugadores
y por la fidelidad sacerdotal del P. Jorge. Agradecemos a Yamill Váquez y su
grupo de Dorado por el apoyo a estos hermanos de Toa Alta. Mil gracias a todos por
la acogida que nos dieron en esa hermosa madrugada.
Monchito