sábado, 14 de mayo de 2011

Resumen Madrugada del 14 de mayo del 2011

(Gurabo) -  En esta madrugada se había planificado una actividad donde estaría compartiendo con nosotros el obispo de Caguas Monseñor Rubén Gonzales Medina, pero por motivos ajenos a su voluntad y otros compromisos internacionales no pudo asistir, esperamos en Dios que todo salga bien y le tendremos en nuestras oraciones y esperamos pueda compartir con nosotros en otra ocasión.

Como estamos en el mes de mayo, mes dedicado a nuestra Señora Madre la santísima Virgen María, quisimos hacer algo especial para esta madrugada.  Celebrar a quien nos convoca a reunirnos en oración y alabanza a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, con la celebración de un Rosario Meditado.

Para los que no entiendan lo que es un rosario meditado, es un rosario donde se leen pensamientos verdades, acontecimientos bíblicos relacionados al misterio que se contempla.  Este rosario se inicia como el rosario tradicional, señal de la cruz, invocación al espíritu santo, oraciones a María, recitación de los misterios, pero por cada Padre nuestro y cada Ave María, se lee este pasaje bíblico que ayuda a adentrarnos en el misterio, escuchado las virtudes, sacrificios y favores que Dios hace, ha hecho y hará por su pueblo.

Nos reunimos veinte siete madrugadores compuestos por siete de Guavate, dieciocho de Gurabo más y este servidor de Cayey.  Además hubo una persona que pasaba frente a la capilla, se detuvo a escuchar el rosario, no sabemos quien fue, pero se detuvo por alrededor de una hora a contemplar nuestro rosario.  Dios trabaja en formas misteriosas y puede que esta haya sido una de estas formas todavía no sabemos pero les indicaremos si así ocurre.

Siempre ponemos en oración a todos aquellos necesitados de la misericordia de Dios, como nuestro madrugador de Barranquitas, Iván Rivera, que vive un poco de tribulación con su enfermedad, rogamos para que Dios le regale perseverancia, humildad, fe, tranquilidad y abandono espiritual. Todo aquello que nos llega o Dios pone frente a nosotros, viene con un propósito y este es guiarnos hacia la santidad.
Pero debemos entender que esta tribulación no es solo para Iván y su familia sino que nosotros como madrugadores de María también estamos incluidos en ella.  Somos su apoyo espiritual y económico; nos reunimos en nombre de Dios todopoderoso y pedimos que nos ayude a ser santos en nuestro diario vivir y en nuestras vidas.  Dios ha escuchado nuestras suplicas, nos está dando esta oportunidad de ser instrumentos suyo en la vida de Iván, en el apoyo espiritual para su familia y en la paz que podemos brindar a su familia.

Hoy en todo el mundo se celebra el evangelio del Mandamiento Nuevo según Juan 15  9-17. Pascua. Jesucristo nos da su mandamiento de amar a nuestro prójimo como Él nos ha amado.  

“Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.”

“El «mandamiento nuevo» no consiste en una norma nueva y difícil, que hasta entonces no existía. Lo nuevo es el don que nos introduce en la mentalidad de Cristo. Si tenemos eso en cuenta, percibimos cuán lejos estamos a menudo con nuestra vida de esta novedad del Nuevo Testamento, y cuán poco damos a la humanidad el ejemplo de amar en comunión con su amor. Así no le damos la prueba de credibilidad de la verdad cristiana, que se demuestra con el amor. Precisamente por eso, queremos pedirle con más insistencia al Señor que, mediante su purificación, nos haga maduros para el mandamiento nuevo”. (Benedicto XVI, Homilía, 20 de marzo de 2008). Jesucristo nos da su mandamiento de amar a nuestro prójimo como Él nos ha amado. Desde esta perspectiva, la caridad debe ser el signo o el distintivo del cristiano, es decir, del seguidor de Cristo. Amar a Cristo y guardar su Palabra es, en definitiva, amar a nuestros hermanos con un amor que se hace obras.

Vivir la caridad no es fácil pero contamos con la gracia y el auxilio de Dios. El amor al prójimo es un mandamiento del Señor y Él mismo nos invita a vivirlo. Así, podemos comprender que Jesucristo no nos llama a vivir algo imposible o ilusorio sino que la caridad es una realidad necesaria y fundamental en nuestra vida diaria y en nuestra condición de cristianos. Por lo tanto, es necesario elevar el corazón por encima de las simpatías o antipatías para ver con los ojos de la fe a mi prójimo. No podemos olvidar que cada vez que hacemos o damos algo a nuestro hermano lo estamos haciendo con Cristo. Nuestro acto de caridad más grande es el de acercar a las personas, con nuestro ejemplo de vida, a Cristo. La caridad no consiste solamente en ayudar materialmente, cuando es posible, a los demás sino en dar nuestro tiempo, nuestro consejo y el consuelo a las almas que lo necesitan.

Jesucristo, me pongo en tu divina presencia para adorarte, agradecerte y entrar en la intimidad de tu Corazón. Ayúdame a vivir una fe que se demuestra con obras y enséñame a demostrarte mi amor en la caridad hacia mi prójimo. Te pido por la paz del mundo, por la Iglesia, por el Papa y por la unidad de todos los cristianos. Te encomiendo, especialmente, a mi familia. María, alcánzame la gracia de hacer real mi amor a tu Hijo en el servicio desinteresado a los demás. Jesús, enséñame a verte y encontrarte en mis hermanos.

Dios mío, dame la fuerza y la gracia de vivir el mandamiento de tu amor. Permíteme, Jesús, ir por encima de las apariencias y de las simpatías para entender que tú habitas en cada persona.
Hoy como Madrugador de María de Barranquitas, Bayamón, Manatí, Dorado, Hato Rey, Gurabo, Cayey, Guavate, Juana Diaz o Cabo Rojo  me esforzaré por vivir una de las siete obras misericordia espiritual y tendré a mi Compadre Iván Rivera y a su familia en mente cuando así lo haga.

Jesús, me has amado perdonándome, dándome de comer el Pan Eucarístico, muriendo por mí en la cruz, sanando y curando todas mis heridas y permaneciendo siempre cerca de mí. Dame la gracia de cumplir tu mandamiento de amar a mis hermanos como tú me has amado. Esta es la vocación del cristiano, la vocación del amor auténtico y real, la vocación de la caridad.

Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios. (Beata Madre Teresa de Calcuta)

Un abrazo fraternal,
Pedro E. Torres Cartagena
Madrugador de María
Cayey, Puerto Rico

No hay comentarios:

Publicar un comentario