“La fe sin la caridad no da fruto, y
la caridad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda. La
fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir
su camino. En efecto, muchos cristianos dedican sus vidas con amor a quien está
solo, marginado o excluido, como el primero a quien hay que atender y el más
importante que socorrer, porque precisamente en él se refleja el rostro mismo
de Cristo. Gracias a la fe podemos reconocer en quienes piden nuestro amor el
rostro del Señor resucitado es compañera de vida que nos permite distinguir con
ojos siempre nuevos las maravillas que Dios hace por nosotros. Tratando de
percibir los signos de los tiempos en la historia actual, nos compromete a cada
uno a convertirnos en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el
mundo”.
Porta Fidei – Benedicto XVI
¡Feliz
Navidad!
Queridos hermanos en la fe, en la madrugada, en la Misión, en Cristo Jesús...
Con certeza, muchos son los regalos recibidos por Dios en este año... Así es
que con un corazón agradecido, en esta Navidad, depositemos en el pesebre,
junto al Niño, nuestra gratitud y disposición a seguir siendo un instrumento
del Padre Bueno, que quiere a través nuestro seguir caminando por esta tierra y
éste mundo, para ser esos signos vivos de su presencia en donde el quiere que
actuemos.
Que cada madrugada nos vuelva a entusiasmar, encender y renovar en la misión de
ser rostros de Cristo para el mundo de hoy. Que en cada madrugada se renueve
con alegría nuestro compromiso. Que en cada madrugada crezca la espiritualidad
de la comunión y de la co-responsabilidad de cada hermano y de cada comunidad.
Un fuerte abrazo navideño.
Octavio Galarce Barrera
Rancagua – Chile
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