La celebración de la festividad de la Inmaculada Concepción el pasado sábado 8 de diciembre, fue para los madrugadores de Puerto Rico motivo de gran alegría y gozo espiritual. Una gran representación de todos los grupos de madrugadores en Puerto Rico nos congregamos en nuestro Santuario Nacional en Cabo Rojo para celebrar junto a la Mater y su divino Hijo nuestro cuarto aniversario de fundación. Tuvimos una buena asistencia, unos 70 madrugadores pudimos compartir fraternalmente vivencias y experiencias religiosas que nos motivan a seguir adelante en la fidelidad a nuestra misión.
Comenzamos la jornada al son de nuestra música nacional. Los hermanos de Guavate trajeron su cuatro, guitarra y guiro y en el mismo estacionamiento entonaron un aguinaldo de bienvenida y mientras cantaban, una buena representación de Cabo Rojo, nuestros anfritiones, iban recibiendo a los hermanos de Gurabo, Manatí, Barranquitas, Dorado, Toa Alta, Guavate, Ponce y Arecibo.
Luego de la bienvenida y el obsequio de un buen café nos dirigimos al Santuario donde se inició la jornada del día. Después del saludo de parte de Luis Ojeda y este servidor, la hermana Maria Palmer nos dio la más cordial bievenida. La Hna. María hizo una reseña de la historia del Santuario y de las gracias que recibimos en ese santo lugar: el cobijamiento espiritual, la transformación interior y el envío apostólico. Allí pudimos sentir el calor de hogar que se siente cuando estamos en familia y en nuestra casa. Del Santuario nos movimos a la Casa del Padre para escuchar la primera charla a cargo del Diácono Ronnie Rojas quien vino desde Tampa, Florida para estar con nosotros. Ronnie nos habló sobre la importancia de salvar la familia como la primera iglesia doméstica. Tuvimos una dinámica muy interesante sobre la situación actual del hogar puertorriqueño y los peligros en su contra. Al final de la charla nos comprometimos a trabajar individual y colectivamente en la tarea de volver a colocar la familia como el lugar donde los hijos junto a sus padres convivan en un ambiente de amor y de paz.
Luego tuvimos la segunda charla a cargo del Lcdo. José Frontera quien nos habló sobre el año de la fe convocado por su santidad Benedicto XVI y sobre la vida y obra del Padre José Kentenich, quien vivió de manera heroica la fe práctica en la Divina Providencia. Fue una charla de mucha profundidad y de gran motivación para que este año nos demos a la tarea de revisar nuestra fe individual y como iglesia. Vivir la fe significa testimoniar las verdades que Cristo nos enseñó y que la iglesia ha mantenido con mucho celo a través de su historia. Estamos llamados a ser apóstoles de Cristo viviendo una fe que motive a otros a cambiar sus vidas y ser testigos del Reino de Dios aqui en la tierra.
Luego de estas dos charlas tuvimos una dinámica grupal donde cada madrugador puso por escrito su resolución personal para mejorar su vida y la de su hogar. Estas resoluciones se escribieron en una pancarta que luego fueron pegadas a las paredes del Santuario. Fuimos al Santuario y allí nos comprometimos con la Mater y su Hijo que habremos de cumplir con lo prometido.
Después del almuerzo tuvimos la última charla del día a cargo de nuesro querido Padre Mario Mastreangelo. El Padre Mario nos habló sobre la importancia de la vinculación del madrugador a la Santísima Virgen María como modelo de fe. Puso énfasis en las virtudes de la pobreza, obediencia y castidad de nuestra Madre y Reina. En María no solo tenemos un ejemplo de vida de fe sino que también la mejor intercesora en el cielo para alcanzar la santidad de la vida diaria. Es importante que meditemos cuan importante es vivir en la gracia santificante para evitar la contaminación del mundo. Maria, desde su Santuario de Gracias nos acoge y nos guia a su Hijo, Cristo nuestro Redentor.
Terminamos nuestro encuentro con la celebración de la Santa Misa. Damos gracias a Dios por este encuentro pues pudimos confirmar que los Madrugadores de Maria tenemos una misión muy importante al servicio de la Iglesia en Puerto Rico. Tenemos que colaborar en el trabajo pastoral de nuestras respectivas parroquias. No basta con reunirnos una vez al mes para tener una hora de oración. Debemos madrugar con Maria todos los dias para seguir los pasos de su Hijo Jesús y poder llegar así a la santidad, pues sin santidad no podremos ver a Dios.
Damos gracias a las hermanas de María, al Diácono Ronnie Rojas, al Lcdo. Frontera y al Padre Mario por su disponibilidad y solidaridad con nuestra misión. Reconocemos también la aportación de cada coordinador de grupo.
Monchito
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