miércoles, 26 de octubre de 2011

Fundación primera comunidad de Madrugadores en la República Dominicana

Hermanos Madrugadores:

La Divina Providencia nos ha abierto las puertas para la iniciación de nuestra corriente de vida en Santo Domingo, República Dominicana. El Padre Manuel Antonio García, párroco de la Parroquia San Agustín en
Santo Domingo nos abre las puertas de su comunidad para que formemos allí el primer grupo de Madrugadores de María.

El P. Manuel estuvo de visita en Chile en junio pasado y fue invitado por un amigo sacerdote chileno, el P. Christian Moya a un encuentro de madrugadores. Esa experiencia lo entusiasmó y pidió información para llevar a su país esa vivencia espiritual. La petición llegó a nuestro fundador, Octavio Galarce y él me pidió que me comunicara con el P. Manuel.

Hace un mes que he estado en comunicación continua con P. Manuel y juntos acordamos que ya era el momento para organizar en su parroquia la primera madrugada. La misma tendrá lugar el próximo sábado 5 de noviembre a las 6:00AM.

De Puerto Rico me acompañan tres hermanos madrugadores; Luis Ojeda de Cabo Rojo, Mario Toro de San Germán y mi hijo José Armando de Caguas. Llegaremos el jueves 3 a Santo Domingo donde nos esperan cuatro familias que nos reciben con mucha alegria en sus hogares. El viernes en la mañana vamos en peregrinación al Santuario Nacional del Movimiento de Schoenstatt en La Victoria, ciudad cercana a Santo Domingo, capital de la República Dominicana.

Queremos poner en manos de la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt este proyecto fundacional. Ella se encargará de convocar a varones que anhelan conocer mejor a su Hijo Jesús para ser auténticos discípulos y misioneros al servicio de su iglesia.

Vamos a implorar a la Mater que interceda para que desde su Santuario derrame gracias y bendiciones que permitan transformar los corazones de muchos madrugadores que se unan a nuestra corriente de vida. Les invito a implorar a la Mater por medio de una novena que comenzamos mañana y que habremos de terminar el viernes de la próxima semana en su Santuario de La Victoria como preparación a nuestro anhelado encuentro.

Estoy seguro que nos acompañarán con sus oraciones en esta gesta histórica a la que la Santísima Virgen nos convoca. La República Dominicana es un pueblo muy devoto de la Virgen. Su patrona, La Virgen de la Altagracia es muy querida y sin duda que con el mismo amor los madrugadores dominicanos abrirán sus corazones a esta corriente de vida que se inició en un Santuario suyo bajo la advocación de la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt. Prometemos que estaremos orando por ustedes también para que Jesús junto a su Madre los colmen de gracias y bendiciones.

A todos muchas gracias y que la Paz del Señor les acompañe hoy y siempre.

Su hermano,

Monchito.

sábado, 22 de octubre de 2011

Resumen Madrugada 22 de octubre del 2011

(Hato Rey) El santatuario Ardor y Paz tuvo una madrugada llena de bendiciones y mucha alegría espiritual donde se reunieron siete compadres en alabanza y adoracion a Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo.

Padre, nuestra esperanza es siempre y esencialmente también esperanza para los otros; sólo así es realmente esperanza también para nosotros. Jesús, gracias por darnos la oportunidad de mejorar, de servirte, de amarte. Danos tu gracia para luchar cada día por dar fruto.

Hoy con la parábola de la higuera estéril en el evangelio de Lucas 13, 1-9; Cristo desenmascara una preocupación presente en muchos hombres de nuestro tiempo. Y es la preocupación de pensar que los sufrimientos de la vida tienen que ver con la amistad o enemistad con Dios. Cuando todo va bien y no hay grandes angustias o desconsuelos creemos que estamos en paz y amistad con Dios. Y puede ser que realmente no suframos grandes ahogos y a la vez estemos con Dios pero Cristo nos muestra que no es así la forma de verlo.

¿Acaso los miles de personas que mueren en los atentados padecieron de esa forma porque eran más pecadores que nosotros? Por supuesto que no, pues Dios no es un legislador injusto que castiga a quienes pecan. Mejor es preocuparnos por nuestra propia conversión y dejar de juzgar a los demás por lo que les pasa en la vida. Que si este vecino se fue a la banca rota su negocio porque no daba limosna o el otro se le dividió la familia porque no iba a misa o el de más allá se le murió un hijo porque decía blasfemias.

Dejemos de calcular cómo están los demás ante Dios e interesémonos más por nuestra propia conversión. Los acontecimientos dolorosos de la vida no son la clave para ver la relación de Dios con nuestro prójimo. Dios puede permitir una gran cantidad de sufrimientos en una familia para hacerles crecer en la fe y confianza con Él, pero no por eso quiere decir que Dios está contra ellos.


Nos dice Benedicto XVI, en su Encíclica Spe salvi, n. 48 que deberíamos darnos cuenta que ningún ser humano es una mónada cerrada en sí misma. Nuestras existencias están en profunda comunión entre sí, entrelazadas unas con otras a través de múltiples interacciones. Nadie vive solo. Ninguno peca solo. Nadie se salva solo. En mi vida entra continuamente la de los otros: en lo que pienso, digo, me ocupo o hago. Y viceversa, mi vida entra en la vida de los demás, tanto en el bien como en el mal. Así, mi intercesión en modo alguno es algo ajeno para el otro, algo externo, ni siquiera después de la muerte. En el entramado del ser, mi gratitud para con él, mi oración por él, puede significar una pequeña etapa de su purificación. Y con esto no es necesario convertir el tiempo terrenal en el tiempo de Dios: en la comunión de las almas queda superado el simple tiempo terrenal. Nunca es demasiado tarde para tocar el corazón del otro y nunca es inútil. Así se aclara aún más un elemento importante del concepto cristiano de esperanza. Nuestra esperanza es siempre y esencialmente también esperanza para los otros; sólo así es realmente esperanza también para mí»

Que sea nuestro propósito para esta semana que dirijamos hacia Dios nuestra vida y preocupémonos más por nuestra propia conversión.

Un saludo fraternal,

Pedro E. Torres
Madrugador de María
Cayey, Puerto Rico

domingo, 16 de octubre de 2011

Retiro Matrimonial en San Esteban Protomartir Pautado para el 29 este mes ha sido cancelado hasta nuevo aviso.

Hacemos una corrección en cuanto al retiro matrimonial que teníamos pautado para el 29 de octubre del 2011.  Este ha sido pospuesto hasta nuevo aviso, la parroquia San Esteban Protomártir tiene unos compromisos con el Obispo de Caguas en este mes de octubre que requiere de toda su atención durante todo el mes. Lamentamos los inconvenientes esto pueda causarle, pero Dios Padre Todopoderoso nos indicara el momento adecuado para nuestro retiro Matrimonial.

Resumen Madrugada del 15 de octubre del 2011_Santa Tersita.

(Ponce) Comenzamos dando la bienvenida a los doce hermanos madrugadores y al nuevo y más joven integrante, Oscar Rosado joven de 13 años de edad. Tres madrugadores se excusaron. Para beneficio de Oscar resumimos el concepto y la historia de los madrugadores de María y lo que significa una corriente de vida.

Invocamos la presencia del Espíritu Santo para que guíe nuestra madrugada, ilumine a todos los que dirigiremos esta hora de oración-formación y plasme en nuestra alma los frutos que obtendremos.

Presentamos nuestras intensiones: Por los enfermos, en especial: Mons. Herminio De Jesús, P. Mario Mastrangelo, Basilisa Rivera, madre de nuestro hermano madrugador Félix Gonzalez, Por los jóvenes Flemming y Nazario que sufrieron en días reciente dos aparatosos accidentes de auto y que actualmente los mantienen en coma inducido. Por Jessica Rivera, paciente de cáncer, Iglesia Universal (Santo Padre, los sacerdotes y religiosos), Paz para Puerto Rico y, en acción de Gracias por el exitoso Encuentro Internacional de Madrugadores en Chile el pasado fin de semana.

Proseguimos con el rezo de las Laudes donde la oración final la sustituimos por la dedicada a Santa Teresa de Jesús. Continuamos con las lecturas del día. Debido a que no tuvimos la compañía de sacerdotes, la lectura del evangelio (Lc 12: 8-12) y la reflexión la realizó nuestro hermano Juan Vilaró. Nos explica haciendo referencia en el contexto histórico, que la decisión de seguir a nuestro Señor Jesucristo no puede tener tonos grises, Si decidimos seguirle tenemos que defender la doctrina y la forma de vida dictada por Jesús y su evangelio. Si negáramos lo que somos, como cristianos en esa época y con reciprocidad en la actualidad, estaríamos negando a nuestro Señor, lo que puede condenarnos espiritualmente.

También el evangelio hace mención adelantada de lo que le ocurriría a los discípulos de Jesús, que serian víctimas de persecución, pero les motiva a mantener la confianza que tiene que existir en nuestro Señor al enfrentar esos momentos. Vilaró establece una similitud en lo que ocurre en estos tiempos pero también una analogía en el proceder de los católicos al mantenernos silenciosos ante los ataques y demagogias de aquellos que no son creyentes, presentando el ejemplo de la imposición de los matrimonios del mismo sexo. Sabemos que no estamos de acuerdo, pero nuestro silencio apoya lo que es inaceptable y que trastoca la institución del matrimonio como lo define la biblia la unión de un hombre con una mujer.

Este servidor ofreció una reflexión titulada:"Importancia de una vida en comunidad". Expusimos la circunstancia del estilo de vida actual donde las situaciones que nos rodean han obligado a vivir en aislamiento. Nos aterra y con razón la ola criminal que se vive en Puerto Rico, La cortesía, o el ser intercesores por la paz ante un conflicto es un gran riesgo debido a la violencia y la intolerancia. La situación económica alteró la mentalidad de ayuda al prójimo. Las relaciones interpersonales se realizan lo más discretamente posible con la excusa de evitar habladurías. Pero esta práctica nos expone a tentaciones y acciones desleales. En fin preferimos vivir con el menor contacto posible con las personas de nuestro entorno. Todas estas acciones las hemos tomado en la búsqueda de nuestra propia paz, pero tal paz nunca la encontramos.

Solo fomentando la fraternidad y la interacción, primordialmente con personas que nos enriquezcan y nos motiven a cambios valientes podremos comenzar un cambio en nuestro pueblo. Sin embargo para iniciar este cambio tenemos que reconocer quiénes somos y que queremos llegar a realizar, descubrir nuestro plan de vida, la razón por lo que Dios nos creó. Solos es muy difícil, el mejor ejemplo nos lo dá nuestro Señor Jesucristo, que primero escogió, transformó y educó a los apóstoles y discípulos para llevar su evangelio por doquier y así cumplir el Plan de Salvación.

Siguiendo ese ejemplo y con la ayuda de la Santísima Virgen María (Mater) nos convertiremos en comunidad orante y fraterna. Hombres valientes en pos de un ideal. Fomentando nuestra vida de oración, como lo es el rezo de Laudes, Vísperas, oraciones particulares (ej. sacerdotes) y la lectura de la Biblia, solo así obtendremos la verdadera paz y nos convertiremos en hombres de una nueva estirpe. Esta reflexión la ofrecimos en forma de dinámica donde finalmente demostramos lo que ejemplifica fraternidad y esta visión vivida en este santo lugar lo denominamos comunidad.

Realizamos la oración por los sacerdotes y finalizamos con la consagración a la Mater. Compartimos un desayuno mientras el ambiente de tertulia continuó compartiendo experiencias relacionadas a los temas discutidos.

Un abrazo fraternal,

William E. Rosaly
Madrugador de María, Ponce

Resumen Madrugada del 15 de octubre del 2011.

(Cayey) En este encuentro fuimos convocados tres compadres para compartir nuestros testimonios de la grandeza de Dios todopoderoso, alabarle, adorarle y glorificarlo por todas las bendiciones y favores que ha hecho en nuestras vidas.  Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el luego de tu amor. Danos la gracia, Señor, de una entrega total de nuestras vidas, sin cálculo ni interés humano, con una confianza sin reservas en Dios.

Dar testimonio de Cristo es arriesgado y lleva muchas veces al martirio, como Cristo anuncia en el evangelio, pero no hay que olvidar la otra cara de la moneda; que si Cristo nos invita a dar testimonio de Él ante los hombres es porque sabe que el mundo está deseando que alguien le anuncie la palabra.

Cristo nos habla de dar testimonio de Él ante los hombres y luego habla del martirio. Está profetizando lo que será la vida de la Iglesia durante los veinte siglos de su existencia, desde la muerte de San Esteban, hasta la última monja asesinada en China por atreverse a predicar el Evangelio. En el mundo moderno, que tanto alardea de comprensión y tolerancia, la Iglesia sigue ofreciendo a Cristo la sangre caliente y enamorada de quienes no temen morir por él.

El siglo XX fue el de los millones de mártires, los del comunismo en Asia, Europa oriental y España; los del nazismo, o los del simple odio a Dios en la guerra cristera de México o del extremismo musulmán en África. Puede que a nosotros no se nos presente esta ocasión en nuestra vida, ni que el Señor nos pida esta muestra de amor. Pero sí nos pide el martirio que puede suponer día tras día levantarse a la primera y a la misma hora, sonreír cada jornada a esta persona que podemos llegar a no soportar, el callarnos por dentro cada vez que nos venga un juicio negativo sobre esa persona, el seguir poniendo nuestro cariño a pesar de no recibir nada a cambio, el no abandonar el trabajo estipulado por cansancio y tantas cosas, que son pequeñas espinas que podemos ofrecer a Dios, pequeños martirios que hacen de nosotros «otros cristos» y que son manifestaciones de amor a Dios.

Conscientes de que el sufrimiento, por grande que sea es pasajero, y el haber sufrido no, el haber sufrido con amor es el sello más hermoso para el alma. No podemos olvidar, que el dolor siempre tiene que estar cargado de esperanza, la cruz por la cruz es inútil, y no lleva más que a la desesperación. Jesús sufrió como nadie, pero resucitó y su sufrimiento no fue inútil, ni estático. Se produjo en un periodo de tiempo limitado, y la respuesta a ese dolor fue la resurrección, el mayor milagro que se ha dado y se dará en toda la eternidad. Por eso, nuestro dolor es efectivo y a parte de producirnos la salvación podemos arrancar del Señor grandes gracias y milagros para nosotros y para nuestros hermanos los hombres.

Nos dice el Papa Benedicto XVI, en su mensaje del 28 de marzo de 2010 que, «La vocación cristiana nace de una propuesta de amor del Señor, y sólo puede realizarse gracias a una respuesta de amor: “Jesús invita a sus discípulos a la entrega total de su vida, sin cálculo ni interés humano, con una confianza sin reservas en Dios. Los santos aceptan esta exigente invitación y emprenden, con humilde docilidad, el seguimiento de Cristo crucificado y resucitado. Su perfección, en la lógica de la fe a veces humanamente incomprensible, consiste en no ponerse ellos mismos en el centro, sino en optar por ir contracorriente viviendo según el Evangelio” Siguiendo el ejemplo de tantos discípulos de Cristo, también vosotros, queridos amigos, acoged con alegría la invitación al seguimiento, para vivir intensamente y con fruto en este mundo. En efecto, con el bautismo, Él llama a cada uno a seguirle con acciones concretas, a amarlo sobre todas las cosas y a servirle en los hermanos».

Que sea nuestro propósito en esta semana contestar a llamado de Jesús con acciones concretas, a amarlo sobre todas las cosas y a servirle en el prójimo.

Un abrazo fraternal,

Pedro E. Torres Cartagena
Madrugador de María
Cayey, Puerto Rico

domingo, 9 de octubre de 2011

Resumen Madrugada del 8 de octubre del 2011

(Gurabo) En este encuentro del 8 de octubre del 2011, nos reunimos dieciocho compadres para celebrar a nuestra Santísima Mater la Virgen María quien nos convoca a este encuentro como modelo de felicidad por haber escuchado y cumplido la palabra de Dios.

Muchas veces el cariño que sentimos hacia María se trasluce en un mohín de disgusto al escuchar este pasaje. ¿No fue Cristo injusto, a lo menos descortés, con su madre al responder así ante el piropo que le brindaban? A simple vista podría parecer que sí, pero si leemos lo que sucedió minutos antes y lo pensamos más aguda y profundamente, concluiremos que en realidad buscó -y logró- con esa respuesta, fue que María no fuese alabada y querida por el hecho físico de llevar a Jesús en el seno y alimentarlo, sino por algo infinitamente mucho más grande: por cumplir la voluntad de Dios y perseverar en ella todos los días de su vida.

María aun siendo madre de Dios, tenía todos los ingredientes para ser una perfecta infeliz: de clase baja, en un país ocupado, perseguida por la autoridad, prófuga en Egipto con un niño recién nacido, viuda en plena juventud, solitaria en una aldehuela miserable, con un hijo al que la familia considera loco, víctima de las lenguas que le cuentan cómo los poderosos desprecian a su único hijo; el predicador y quien buscaban para matarlo. Y ante todo esto lo más impresionante, su propio hijo la abandona y aparentemente la infravalora en público.

Tenemos buenos argumentos para un melodrama o una telenovela lacrimógena. Jesús contra todo pronóstico, la presenta como modelo de felicidad sólo porque escuchó y cumplió la palabra de Dios. A veces sentimos que nos agobia el mucho trabajo, el estrés, el estrecho sueldo que hay que estirar cada mes, los pagos del auto, la casa y los electrodomésticos que aún no pagamos. Sufrimos porque no entendemos la actitud de ese hijo que se entrega completamente a Dios y parece que nos abandona en el momento más difícil para la familia. Todo esto y mucho más vivió la Virgen, añadiendo el aparente abandono de Dios. Sin embargo, aquí no termina la historia.

María vivió en esta vida las cosas más grandes y sublimes, fue elegida predilecta de Dios en todo momento y el amor de Dios invadía su persona y, por tanto, su vida. María rezaba. Nosotros también podemos vivir cosas similares a ella y hemos de ser conscientes de que ante todo, las cruces son una muestra del amor inmenso de Dios, del amor de predilección de Dios hacia nosotros. Él nunca va a dejar que estemos siendo tentados por encima de nuestras fuerzas. Y siempre nos dará el ciento por uno y la vida eterna, cada vez que dejemos todo y le sigamos.

Nos dice el Papa Benedicto XVI, en su mensaje del 14 de mayo de 2010 que: «En efecto, si nosotros no somos sus testigos en nuestros ambientes, ¿quién lo hará por nosotros? El cristiano es, en la Iglesia y con la Iglesia, un misionero de Cristo enviado al mundo. Ésta es la misión apremiante de toda comunidad eclesial: recibir de Dios a Cristo resucitado y ofrecerlo al mundo, para que todas las situaciones de desfallecimiento y muerte se transformen, por el Espíritu, en ocasiones de crecimiento y vida. Para eso debemos escuchar más atentamente la Palabra de Cristo y saborear asiduamente el Pan de su presencia en las celebraciones eucarísticas. Esto nos convertirá en testigos y, aún más, en portadores de Jesús resucitado en el mundo, haciéndolo presente en los diversos ámbitos de la sociedad y a cuantos viven y trabajan en ellos, difundiendo esa vida “abundante” que ha ganado con su cruz y resurrección y que sacia las más legítimas aspiraciones del corazón humano »

Le pedimos a Dios todopoderoso a este Padre celestial, que sepamos escuchar su Palabra para convertirnos en testigos y, aún más, en portadores de Jesús resucitado en el mundo. Jesús confiamos en Ti, que nunca dejes que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas. Y que siempre nos darás el ciento por uno y la vida eterna, cada vez que dejemos todo y te sigamos.

Que comenzando desde hoy domingo sea nuestro propósito escuchar, como nos dice el Papa, más atentamente la Palabra de Cristo y saborear el Pan de su presencia en las celebraciones eucarísticas.

«Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan».

Un abrazo fraternal,

Pedro E. Torres Cartagena
Madrugador de María
Cayey, Puerto Rico

domingo, 2 de octubre de 2011

Resumen Madrugada 1 de octubre del 2011

(Guavate) En este encuentro nos reunimos trece madrugadores convocados por nuestra Mater para alabar y adorar a nuestro salvador Jesucristo.  Agradecidos con nuestro Dios y nuestra Mater por mostrarnos el camino para llegar al Padre. En este encuentro participamos de un taller de formación titulado el rol del varón según el diseño del Creador a través de los ojos del Padre Joseph Kentenich, la información presentada nos bendice extraordinariamente porque nos enseña a conocernos y ver quiénes realmente somos y; nos señala lo que hemos perdido al desvincularnos de Dios por no conocer nuestros dones, nuestras virtudes y  nuestro origen. 

Conocer el rol del varón y llevarlo a cabo es un apostolado. Conocer nuestros dones, activar, fortalecer y perfeccionar nuestras virtudes no solo nos garantizan un anhelado futuro sino que también nos identifica, nos revístese  y nos da testimonio de nuestro proceder. Así como en el regreso de la misión de los primeros discípulos  en el santo evangelio de San Lucas capitulo siete versículos del diecisiete al veinte.

¡Qué alegría de los discípulos después de una jornada tan exitosa! Los demonios les temen, curan leprosos, hacen caminar a los paralíticos, dan la vista a los ciegos. 

Todo perfecto después de unos días de misiones. Como tantos de nosotros que al final de la semana nos alegramos porque nos ha ido bien en los estudios, hicimos el bien a una persona, nos subieron el sueldo en nuestro trabajo, nos callamos cuando quisimos decir una palabra ofensiva a alguien, aumentaron las ventas de nuestros negocios y demás aspectos positivos que nos pudieron haber pasado. Nos sentimos contentos, como los discípulos, porque las cosas salieron como nosotros queríamos. Sin embargo, Cristo nos dice que no debería ser éste el motivo principal de nuestra alegría. 

La satisfacción tan agradable y tan necesaria que experimentamos por haber hecho el bien en esta tierra nos debería llevar a pensar en los méritos que ganamos para el cielo. Este es el motivo principal por el cual deberíamos de estar contentos. Saber que hemos actuado de tal forma que nuestros nombres están escritos en el reino de los cielos. 

Sabiendo los motivos de nuestra verdadera alegría es como si hubiésemos encontrado el tesoro que buscábamos en nuestra vida. Custodiemos este tesoro y no permitamos que los ladrones de la vanidad, avaricia, egoísmo nos lo arrebaten. 

Dice Benedicto XVI en su mensaje del 22 de mayo de 2011; «Creer en Dios y creer en Jesús, no son dos actos separados, sino un único acto de fe, la plena adhesión a la salvación realizada por Dios Padre mediante su Hijo Unigénito.  El Hijo de Dios, con su encarnación, muerte y resurrección, nos liberó de la esclavitud del pecado para darnos la libertad de los hijos de Dios, y nos dio a conocer el rostro de Dios que es amor: Dios se puede ver, es visible en Cristo. Santa Teresa de Ávila escribe que “no debemos alejarnos de lo que constituye todo nuestro bien y nuestro remedio, es decir, de la santísima humanidad de nuestro Señor Jesucristo”. Por tanto solo creyendo en Cristo, permaneciendo unidos a Él, los discípulos, entre quienes estamos también nosotros, pueden continuar su acción permanente en la historia: “En verdad, en verdad os digo –dice el Señor–: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago.” La fe en Jesús comporta seguirlo cotidianamente, en las sencillas acciones que componen nuestra jornada. 

Por esto te agradecemos, Señor, por mostrarnos el camino para llegar al Padre, permite que seamos pequeños y seamos dichosos de estar cerca de Tí. Señor, concédenos ser sencillos para buscar siempre el camino que me lleve a Tí.  Que sea nuestro propósito en esta semana alegrarnos con Jesús al hacer el bien en esta tierra, y saber que somos méritos para el cielo. 

Un abrazo fraternal,

Pedro E. Torres Cartagena
Madrugador de María
Cayey, Puerto Rico